sábado, 1 de agosto de 2009

Harry Potter y el nada misterioso misterio del príncipe

El fenómeno Harry Potter ha dejado tanto de qué hablar que ya se le encuentra como tema en ponencias de congresos literarios y en tesis de licenciatura. Que la saga de libros ha aumentado el índice de lectura en los niños y jóvenes estadounidenses y mexicanos, tal vez. Es cierto que para estar enterados de la trama completa de Harry Potter (sin conformarse con ver las películas) requiere leer, más de 2,000 páginas, pero también es cierto que la mayoría de las personas que se echó ese maratón, ya era lectora, quizá no asidua, pero iniciada mínimo con el Principito o algún libro tradicional parecido. Harry Potter, en mi opinión, difícilmente hace lectores (y menos ahora que todos tienen el pretexto de “¿para qué leo si me puedo esperar a la película?”), pero definitivamente ayuda a motivarles un impulso.

En cuanto a si Harry Potter es o no literatura infantil/juvenil tengo algo que decir al respecto: Harry Potter difícilmente es Literatura con mayúscula, pues carece de calidad; pero como todavía no existe una definición concreta para libros o textos de escasa calidad, tenemos que concederle que es literatura a secas. Ciertamente, considero que la edad de los lectores de Harry Potter fue progresando al igual que la edad de sus protagonistas, ya sea porque los fans fueron creciendo, o porque lectores de edades cada vez más avanzadas se interesan por la trama de los personajes. No me imagino a un niño de 10 años leyendo el libro 7, por ejemplo, donde vemos la aparición de palabras como “bitch” (en mayúsculas), pláticas de noviazgo, etc, o bueno, quizá sí leyéndolo pero no comprendiéndolo del todo.

Sobre la película, Harry Potter y el Misterio del Príncipe, no tengo gran cosa que decir. Disfruté la película en el cine, pero no la compraría para volverla a ver en mi casa. La única crítica que le tengo es que la película no se centró para nada en el misterio de quién es el príncipe mestizo, si acaso hizo su identidad la cosa menos interesante y menos misteriosa. Me chocó el diálogo innecesario de Snape. Lo sentí cursi e idiota. Tampoco me gustó como se manejó la muerte poco dramática de Dumbledore. Este es un personaje verdaderamente importante para la saga y su muerte fue como un flashazo de 1 segundo sin nada de slow motions o música impactante, y eso que quizá este es el momento más esperado por los lectores en la película.

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