La leyenda del poema

Quisiera que la vida fuera un videojuego,
y ser resistente a cosas como el fuego.
Tendría 30 vidas con sólo poner una clave,
pero tendría que andar siempre buscando llaves

Buscaría princesas atrapadas en castillos
y le pegaría al malo en la cabeza con martillos;
pero si la princesa se la pasara cambiando de lugar,
me frustraría y no la sacaría a bailar.

Exploraría mundos llenos de misterios
y arriesgaría todo por el imperio.
Dormiría tarde todos los días,
pero mi futura esposa me regañaría.

Arriesgaré mi pellejo por esa última estrella.
Valdrá la pena cuando rescate mi doncella.
Nada puede detener que termine mi juego
excepto el trabajo, el tiempo y quedarme ciego.