viernes, 11 de septiembre de 2009

Sexo divino

(1) ¿Qué hacían realmente Adán y Eva en el Edén sino el amor de todas formas? Sólo dejaban de hacerlo para comer y descansar. No había trabajo ni hijos que atender ni cultura y mucho menos religiones. La serpiente es un símbolo fálico y como tal tentó a Eva, no sabemos con precisión si hubo algo más o si todo se limitó a comer un fruto prohibido: la manzana.

(2) ¡Ah, si tú fueras mi hermano, criado en los pechos de mi madre!
Al encontrarte por la calle podría besarte,
sin que la gente me despreciara.
Yo te llevaría a la casa de mi madre,
te haría entrar en ella,
y tú me enseñarías...
Te daría de beber, vino aromatizado
y el jugo de mis granadas
(3) Ahora María de Magdala le enseñaba, Aprende de mi cuerpo, y repetía, pero de otra manera, cambiándole una palabra, Aprende tu cuerpo, y él lo tenía ahí, su cuerpo, tenso, duro, erecto, y sobre él estaba, desnuda y magnífica, María de Magdala, que decía, Calma, no te preocupes, no te muevas, déjame a mí, entonces sintió que una parte de su cuerpo, esa, se había hundido en el cuerpo de ella, que un anillo de fuego lo envolvía, yendo y viniendo, que un estremecimiento lo sacudía por dentro, como un pez agitándose, y que de súbito se escapaba gritando, imposible, no puede ser, los peces no gritan, él, sí, era él quien gritaba, al mismo tiempo que María, gimiendo, dejaba caer su cuerpo sobre el de él, yendo a beberle en la boca el grito, en un ávido y ansioso beso que desencadenó en el cuerpo de Jesús un segundo e interminable estremecimiento. Durante todo el día nadie llamó a la puerta de María de Magdala.
(4) Es sospechoso[...]que cada vez que aparece Jesus, entre otros milagros, nacen hijos en parejas que ya no podía concebir, ¿no lo crees?, se escuchó entre las vecinas esa mañana.

Fuentes:
(1) Avilés Fabila, René (2009). El evangelio según René Avilés Fabila. México: La mosca muerta; pág. 59.
(2) El Cantar de los Cantares 8:1 y 8:2. (Las comillas son mías)
(3) Tercer párrafo: Saramago, José. El evangelio según Jesucristo. Pág. 119. http://www.scribd.com/doc/2951802/Jose-Saramago-El-evangelio-segun-Jesucristo
(4) Avilés Fabila, René. Op. cit. pág. 24.
Las itálicas del final son mías.

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