miércoles, 29 de abril de 2009

...

Espero que Livia y Carlota hayan podido escapar; por un instante creí verlas caer en el parque...
Poco a poco se fue tranquilizando, la euforia y el efecto de la adrenalina iban pasando. La casa en donde se encontraba era angosta y bien cuidada; las luces pálidas de las bombillas le daban un toque lúgubre y tétrico, sin embargo no lo suficiente como para abandonar este lugar, hasta ahora ideal, lejos de la mancha urbana, y con un segundo piso.

Después de atrancar la puerta y comprobar que el teléfono no funcionaba, inspeccionó el lugar entero:

3 habitaciones, 2 baños, sala, comedor,cocina y sótano. Todo apiñonado en aproximadamente 65 metros cuadrados.

Instintivamente recordó su hogar: amplio, con un gran patio frontal; recordó el día en que todo cambió, cuando esa gente infectada entró a la casa, rompiendo las puertas de cristal... y cómo vio morir a Dan y a Cristof.

No hay comentarios:

Publicar un comentario